Reseña: ‘Gambito de dama’, el jaque mate de Walter Tevis



Título: Gambito de dama
Autor: Walter Tevis
Traductor: Rafael Marín
Editorial: Alfaguara
Páginas: 320
Fecha de publicación: enero, 2021
Sinopsis: Desde su primera publicación en 1983, esta novela se convirtió en un libro de culto para ajedrecistas en particular y amantes de la gran novela americana en general. Un secreto que de repente explotó a finales de 2020 con el estreno de la serie basada en esta historia, conquistando en tiempo récord al mundo entero. Beth Harmon, la protagonista, es ya un icono en la mente de los millones de fans de Gambito de dama: huérfana, solitaria, politoxicómana, competitiva, frágil, genial. Una Mozart del ajedrez cuya inteligencia le brinda tantos éxitos como problemas.

Gambito de dama, conocida en inglés bajo el título The Queen's Gambit, es la obra en la que se basa la aclamada serie de Netflix con el mismo nombre protagonizada por Anya Taylor-Joy. Ganadora de dos Globos de Oro y dos Premios Emmy, sirvió para dar a conocer una novela publicada en 1983 que, paradójicamente, lidera las listas de libros más vendidos por primera vez en 2021.

Gambito de dama es simplemente un regalo. Un regalo para los amantes del ajedrez, pero también un regalo para los amantes de las buenas historias. Hacía tiempo que no me encontraba con un libro tan brillante como el que publicó Walter Tevis hace ya casi cuarenta años, y alabado sea Netflix por dárnoslo a conocer.

La obra sigue la vida de Beth Harmon desde que pierde a su madre en un accidente de coche y ha de pasar su infancia en un orfanato. Allí será donde Harmon se encuentre por primera vez con el ajedrez, aquel que acabará convirtiéndose en su compañero de viaje. Pero también será en el orfanato donde comenzará su lucha por controlar unas adicciones que la acompañarán durante más tiempo del que la joven imagina. Sin duda, dos ingredientes perfectos para escribir una buena novela que Tevis acaba aprovechando para escribir un clásico contemporáneo.

Apartó todo eso de su mente y solo se permitió el tablero de su imaginación con su intrincado engarce. No importaba realmente quién llevara las negras o si el tablero real estaba en Moscú o en Nueva York o en el sótano de un orfanato: esta imagen eidética era su terreno perfecto.

Si eres un fanático del ajedrez, déjame decirte que disfrutarás este libro hasta niveles excepcionales. Lo mágico es que, si no lo eres, también lo harás. No necesitas saber nada de ajedrez para sumergirte en el mundo de Gambito de dama. El autor es un maestro de la narración y logra que las partidas sean tensas e interesantes sin que el lector sepa cómo jugar. Solo unos personajes asombrosos tanto dentro como fuera del tablero conseguirían que no te perdieras en la lectura pese a no haber cogido una pieza de ajedrez en tu vida, y así son, de hecho, los personajes que Tevis nos presenta.

Pero esta no es solo la historia de una niña prodigio que juega al ajedrez. Lo que me maravilló de la obra es su enfoque en la desgracia del éxito. Las victorias llevan a Beth a la introversión, detonante de que más adelante empezara a ver las drogas como un refugio. Es esta dependencia hacia los tranquilizantes y el alcohol la que nos enseña que ni siquiera una niña prodigio puede vencer a la fragilidad humana. Aun así, el autor crea una protagonista fuerte y decidida, empoderada. Feminista. Un personaje bellamente construido que enamora por su complejidad e ingenio.

—Mi experiencia me ha enseñado que lo que sabes no es siempre importante.
—¿Qué es importante?
—Vivir y crecer —dijo la señora Wheatley con decisión—. Vivir la vida.

Me habría encantado haber descubierto Gambito de dama antes del estreno de la serie en Netflix. Scott Frank y Allan Scott han creado una adaptación impresionantemente fiel y bien hecha que le hace justicia a la novela, por lo que apenas hay cambios respecto a la historia que Walter Tevis narró en su momento. Sin embargo, eso no impide que la obra siente igual de bien —o incluso mejor— que un café caliente en un día lluvioso de invierno. 

Libros como este me hacen preguntarme cuántas obras maestras aguardarán esperando entre polvo en la estantería de una biblioteca vacía. Publicado por primera vez en 1983, es treinta y siete años después de su muerte cuando nos rendimos ante la literatura de Walter Tevis. Pero ¿cómo podríamos no hacerlo? Gambito de dama es una genialidad. Una jugada maestra. Un jaque mate en toda regla.


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