Reseña: ‘Gente normal’, una lectura demasiado normal



Título:
Gente normal
Autora: Sally Rooney
Traductora: Inga Pellisa Díaz
Editorial: Literatura Random House
Páginas: 256
Fecha de publicación: mayo, 2021
Sinopsis: Marianne y Connell son compañeros de instituto pero no se cruzan palabra. Él es uno de los populares y ella, una chica solitaria que ha aprendido a mantenerse alejada del resto de la gente. Todos saben que Marianne vive en una mansión y que la madre de Connell se encarga de su limpieza, pero nadie imagina que cada tarde los dos jóvenes coinciden. Uno de esos días, una conversación torpe dará comienzo a una relación que podría cambiar sus vidas.

No por primera vez, Marianne piensa que la crueldad no daña solo a la víctima, sino también al que la ejerce, y puede que de un modo más hondo y permanente. Nadie extrae una enseñanza demasiado profunda del hecho de sufrir acoso; pero cuando acosas a otra persona aprendes algo sobre ti mismo que no olvidarás jamás.

Seré honesto: no tengo ni idea de cómo calificar esta novela. Después de la positiva recepción crítica que obtuvo tras su lanzamiento, pensaba que me encontraba ante uno de esos libros que marcan huella. Uno de esos libros que aparecen cada mucho tiempo y que, por más que lo intentes, no logras olvidar jamás. Os prometo que no bromeo. Todavía no he visto a ningún medio valorar Gente normal por debajo de las cuatro estrellas. Y aunque entiendo que es una lectura que difícilmente pasa desapercibida, he echado en falta, precisamente, que no sea “normal”.

La novela sigue la historia de amor de dos jóvenes, Connell y Marianne. Ambos se conocen cuando empiezan a cursar secundaria en el mismo colegio, y el estatus socioeconómico de cada uno es completamente diferente. Mientras que Connor pertenece a una familia de clase trabajadora y es el popular de la clase, Marianne es excluída por sus propios compañeros aunque lleva una vida privilegiada. Perfiles que, aunque parezcan no ser compatibles en absoluto, guardan más cosas en común que lo que cualquiera pudiera imaginar en un principio. Y ninguno de ellos tardará tampoco en empezar a descubrirlo.

A partir de aquí, Connell y Marianne emprenden el duro viaje que es la vida en búsqueda por la paz, por la estabilidad emocional, por ese algo que pueda cogerles, zarandearles y decirles que son normales. Porque es que, en efecto, son normales. Pero llevar una vida normal conlleva también llevar una vida difícil y tediosa, y los protagonistas de la novela se ven obligados a intentar encajar en un mundo al que creen que no pertenecen. Este es, en mi opinión, el mensaje más importante de la obra. Y el que Sally Rooney plasma sobre el papel con mayor perfección. Para provar su punto, la autora decide que el diálogo carezca de guiones, lo que simboliza lo caótica y desordenada que puede llegar a ser la vida. Además, la novela da saltos muy grandes en el tiempo de forma constante, lo que ayuda a evidenciar la idea de que todo sucede deprisa y las personas estamos destinadas a cambiar rápidamente.

En cuanto a los personajes, la historia bebe de ellos en todo momento. Esto es lo que convierte Gente normal en un libro frustrante y humanizante a niveles iguales, porque a raíz de sus personajes consigue mostrar la más auténtica de las realidades. El problema, no obstante, es que la narrativa queda reducida a esto, a dos personas codependientes que se mantienen conectadas a lo largo de los años, lo que no agrega nada nuevo. La primera mitad de la historia me maravilló, pero la segunda se hace monótona e incluso algo pesada, sin ninguna muestra de querer aportar algo distinto a lo ya leído en las páginas anteriores.

Sin embargo, pienso que el aspecto más negativo de la obra es el increíble potencial que Rooney deja sin aprovechar. Los protagonistas destacan por una inteligencia que, si bien no luce pretenciosa, la autora usa para abordar temas sin pena ni gloria. El suicidio, la salud mental, la política, el machismo... todos son asuntos que se mencionan con ánimo de un algo más que al final nunca llega, y es ahí es cuando contemplas que el potencial no es exprimido como realmente merece, lo que es una verdadera lástima.

En conclusión, Gente normal es una novela que, aunque hace un esfuerzo por innovar y convertirse en ese “clásico moderno” que tantos medios se han empeñado en decir que es, no logra alejarse de la normalidad que caracteriza a “otro libro del montón”. Me ha gustado, pero ya está. Dudo que haya frase con la que pueda explicarlo mejor.


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